lunes, diciembre 26, 2005

Tengo las manos frias y una gran necesidad de encontrarte, de enumerarte los dedos de los pies, uno por uno y luego escalar por tus pieras, llegar a tus rodillas, subir lentamente, internarme en tu abdomen y acercarme a tu ombligo escondere por un momento en su interior, después subir más pero con la tranquilidad de saberme a salvo, con este sentimiento en el corazón, llegar a tus senos y rodearlos con mis dedos, besarlos y descansar en la cuspide. Dejar qe la noche sea fría seria un pecado, por eso establecere mi campamento al pie de esas montañas para despues llegar a tu barbilla y subir con suavidad a tus labios para realizar la noble labor de internarme en las comisuras, momentos despues navegare por tu lengua, descubrire que sigue al mirar las dos lagunas que son tus ojos, que ven a la luna con ternura, seguire adelante, a tu frente y luego...
Atravesare con mis dedos la cabellera de la mujer deseada y me deslizare para llegar a sus hombros en una avalancha de besos tibios, siempre descendiendo con la armonia de la mañana y volver a empezar a numerar los dedos de tus pies, una y otra vez.