martes, septiembre 21, 2004

…Han adivinado, que tu amor me ha traicionado.
Así contó Edmundo mientras en el corazón se le repartían migajas de incredulidad. ¿Te das cuenta? Todos somos Edmundos y Azucenas (la pérfida de la historia)
Acerca de Edmundo… Veinte años atrás miraba a su pueblo natal crecer como su pequeña hija, creación del amor que compartió en una tarde de otoño, después de todo, las creaciones son compartidas; Quince años atrás miraba a su mujer crecer en los brazos de otro hombre, y de su pequeña hija solo recuerda la sonrisa que encontró una tarde al llegar de trabajar en la fabrica de cerillos.
Edmundo un ayudante en la creación de luz nunca vio el destello de un engaño.
Total que Edmundo solo se sumió en la oscuridad de la rabia y cinco años después solo ve en las mujeres un esbozo de verdad, y esa breve visión solo lo deja triste, porque es una verdad que no puede compartir.
Hoy Edmundo es un fantasma que recorre los pensamientos perdidos de una hija ya no tan pequeña que apaga la luz cuando llega a los brazos de su amante.