martes, septiembre 21, 2004

Cafeína.

Esta mano que toca tu cerebro, enciende el motor, acelera a toda velocidad, resistirse es ponerle mas fuerza al acelerador, enterrando el éxtasis en ese simple pie que dirige nuestro destino, la burla se apropia de ti, la lengua imaginaria de un guasón lame tus heridas con adjetivos que alborota las calles y los perros que contemplan tu carrera, pero que importa eso ahora, acelera, ¿acaso importa que no sepas manejar?, rápido, que puedes despertar con el sabor de tu sangre en algún parabrisas, mira, todo tiene sentido ahora, no es el ahora es el antes, eres tú, el valiente, la chava de 16 años con senos de proporciones bíblicas y cuerpo de tentación, llamándote con su indiferencia, lo sientes, la llamada de la naturaleza, un valiente guerrero como tu no puede dejar de oírla, andas y la sacas a bailar, ¿notas tu sonrisa Colgate?
Acelera!!
You Can Do it!! Repite el salmo numero 15 de la televisión, Harmon Hall acurrucado en tu pasado, Just Do It, Nike azuzándote, se valiente mi buen, que el mundo va más rápido.
El guasón te vuelve a ver, te embriagas con tu maldad, esa infinita que muestras a la hora de ir al baño y escupirle tu dolor al mundo, sonríes, ¿lo ves? No era tan difícil, mañana ya no importara, al abrir los ojos tu sueño anhelado se disuelve, pero eres feliz ¿no? ¿Importa ahora que no lo seas?
Acelera!!, mete el acelerador, hay camino que recorrer.