martes, enero 04, 2005

Ahh precioso Olvido..
Te cito tanto, te llamo de mil formas y maneras, procuro atesorarte como el ultimo recuerdo que me permitira asisterme a mis suicidios cotidianos, llamandote desde la oscuridad de mi cuarto, queriendo con esto hacer salmodias, un nuevo cantico budista para que el viento se lleve el nombre de la que ya no esta; Tiempo atras los dictados de mi lógica afirmaban que el constante recuerdo y asistencia de los olvidos solo conlleva a una triste broma cruel de nosotros mismos hacia uno.
Contento con llamarla y mencionar que me voy a un lugar donde volvere por breves tiempos para solo escapar a mi realidad que ya no me acongoja sino que me satura de espamos relativos de felicidad y de desidia.
Mirame, sonrio y me carcajeo cuando la ocasion lo amerita, tambien juro y perjuro por la madre de los otros, pero al final del día, cuando llego a tocar la cama y siento la paz de los tiempos que no llegaron a mi corazón, conjuro tu nombre, olvido, olvido, no me dejes que la recuerde.
No dejes que la hora pase y de las cenizas renazca ese hoyo negro que todo lo absorbe, donde quedo la historia?, donde quedaron nuestros recuerdos?
En ningun lado, verdad Olvido? te deje la tarea de borrar todo descuido que haya dejado en el camino, porque cuando deje el Mar, sera para siempre, aunque todos los dias voltee a verla, aunque solo sea sus reflejos en el cielo de un mes de Enero.